martes, 24 de abril de 2012

Capítulo 11

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– Y… cuando…. Llegó Judith… debiste haber… visto tu cara – Decía Vero casi sin aire de tanto reír

– Tengo que admitir que si fue algo gracioso – Amanda rió un poco ya que Vero la contagiaba

– Solo porque no tienes otra opción – Vero volvió a soltar una carcajada

Capítulo 11
– ¡Niñas! ¡Ya cállense y entren a la casa! – regañó Judith a las chicas desde la ventana de su recamara en el segundo piso haciendo que se sobresaltaran del susto

Para evitarse más problemas ambas entraron a la casa, Amanda puso los seis seguros que Judith había mandado a colocar por sus exageradas ideas sobre la delincuencia.

– Estoy cansada de que mi mamá me traté como si tuviera 15 años – se quejaba Amanda mientras caminaba hacia la cocina

– Y con el incidente de hoy dejará de tratarse así – comentó Vero con su típico sarcasmo, Amanda solo la observó de mala forma – ¿Por qué “todo junto” se escribe separado y “separado” se escribe todo junto? – enchuecó la boca y entrecerró los ojos

– Vamos a dormir – sugirió Amanda

Subieron al cuarto de Amanda y no tardaron mucho en caer rendidas en los brazos de Morfeo…

Por fin amaneció, eran aproximadamente las 7:00 am y los Beatles estaban ya levantándose, apenas sabían donde se encontraban o cuáles eran sus nombres.

– ¡Pido la ducha! – gritó McCartney mientras corría hacia el baño ya recobrando el sentido

– ¡Más vale que te des prisa McCartney! – amenazó Lennon golpeando la puerta

Y efectivamente Paul tardó en la ducha. Todos comenzaron a arreglarse mientras tanto Vero y Amanda seguían en la cama hasta que aquel sonido molesto proveniente del despertador las evocó de su pesado sueño, Vero apagó dicho aparato y a gatas se dirigió al baño para lavarse la cara y los dientes, luego de recobrar totalmente la noción le arrojó un proyectil en forma de almohada a su perezosa amiga que aun permanecía en la cama.

– Solo unos minutos – dijo Amanda con voz distorsionada

– Anda ya que debemos ir a trabajar – advirtió Vero mientras se colocaba los zapatos – Vamos a buscar mi auto – pero Amanda aun se encontraba en la cama – ¡Amanda! ¡Despierta ya! ¡Son las 7:30! –

– Voy – mencionó resignante levantándose, parecía como si su cuerpo pesara miles de toneladas y a pasos arrastrados se metió al baño

– ¿Quién me acompaña en mi búsqueda? – preguntaba McCartney arreglándose el nudo de la corbata frente a un espejo

– ¿De qué hablas Paulie querido? – cuestionó John con voz femenina

– Pues solo pregunto quién me quiere acompañar en mi búsqueda por New York – volvió a preguntar volteando a ver a los chicos

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