– Y… cuando…. Llegó Judith… debiste haber… visto tu cara –
Decía Vero casi sin aire de tanto reír
– Tengo que admitir que si fue algo gracioso – Amanda rió un
poco ya que Vero la contagiaba
– Solo porque no tienes otra opción – Vero volvió a soltar
una carcajada
Capítulo 11
– ¡Niñas! ¡Ya cállense y entren a la casa! – regañó Judith a
las chicas desde la ventana de su recamara en el segundo piso haciendo que se
sobresaltaran del susto
Para evitarse más problemas ambas entraron a la casa, Amanda
puso los seis seguros que Judith había mandado a colocar por sus exageradas
ideas sobre la delincuencia.
– Estoy cansada de que mi mamá me traté como si tuviera 15
años – se quejaba Amanda mientras caminaba hacia la cocina
– Y con el incidente de hoy dejará de tratarse así – comentó
Vero con su típico sarcasmo, Amanda solo la observó de mala forma – ¿Por qué
“todo junto” se escribe separado y “separado” se escribe todo junto? – enchuecó
la boca y entrecerró los ojos
– Vamos a dormir – sugirió Amanda
Subieron al cuarto de Amanda y no tardaron mucho en caer
rendidas en los brazos de Morfeo…
Por fin amaneció, eran aproximadamente las 7:00 am y los Beatles
estaban ya levantándose, apenas sabían donde se encontraban o cuáles eran sus
nombres.
– ¡Pido la ducha! – gritó McCartney mientras corría hacia el
baño ya recobrando el sentido
– ¡Más vale que te des prisa McCartney! – amenazó Lennon
golpeando la puerta
Y efectivamente Paul tardó en la ducha. Todos comenzaron a
arreglarse mientras tanto Vero y Amanda seguían en la cama hasta que aquel
sonido molesto proveniente del despertador las evocó de su pesado sueño, Vero apagó
dicho aparato y a gatas se dirigió al baño para lavarse la cara y los dientes,
luego de recobrar totalmente la noción le arrojó un proyectil en forma de
almohada a su perezosa amiga que aun permanecía en la cama.
– Solo unos minutos – dijo Amanda con voz distorsionada
– Anda ya que debemos ir a trabajar – advirtió Vero mientras
se colocaba los zapatos – Vamos a buscar mi auto – pero Amanda aun se
encontraba en la cama – ¡Amanda! ¡Despierta ya! ¡Son las 7:30! –
– Voy – mencionó resignante levantándose, parecía como si su
cuerpo pesara miles de toneladas y a pasos arrastrados se metió al baño
– ¿Quién me acompaña en mi búsqueda? – preguntaba McCartney arreglándose
el nudo de la corbata frente a un espejo
– ¿De qué hablas Paulie querido? – cuestionó John con voz
femenina
– Pues solo pregunto quién me quiere acompañar en mi búsqueda
por New York – volvió a preguntar volteando a ver a los chicos
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