Capítulo 2

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Ambas subimos el auto, encendí el motor pero al dar reversa…

– ¡Amanda! – gritó Verónica

– ¡Ay no! Ahora si estoy muerta – exclamé recargando mi frente en mis manos que a su vez estaban puestas en el volante

Capítulo 2

Tal vez si hubiera puesto mi vista por el espejo retrovisor más tiempo no hubiera pasado esto.

– ¡¿Por qué no te fijas?! – es lo que logré entender de entre todo lo que gritó aquella persona

Salí rápidamente del auto, Verónica me siguió. Caminé lentamente para ver cuán grave era el golpe, al verlo me alivié un poco ya que no había sido tan fuerte pero aun así no podía controlar los gritos de aquella persona.

– Lo siento mucho de verdad – decía a cada rato al señor a quien le había abollado el carro

Varias personas se bajaron del vehículo, en total eran seis.

– ¡Tenía que ser mujer!  – dijo un chico alto, de labios delgados y ojos pequeños que venía con ellos

– ¡Óyeme! Te vas calmando – le gritó Verónica señalándolo con su dedo índice

– ¿Cómo quieres que nos calmemos después de esto? – preguntó otro de ellos, un flacucho de cabello negro.

– ¡Pues haber como le hacen! – Vero comenzó a exaltarse, hacía ademanes exagerados

– Ya cálmate que tienen toda la razón de estar así – la tomé del brazo porque de un momento a otro se les iría encima

– ¿Y cómo iremos al hotel? – preguntó el mismo con el que Vero peleaba

– Ahora hago unas llamadas, mientras localice a alguna autoridad para que arregle este problema – ordenó un señor de aspecto serio

– Les juro que pagaré todo los daños – mencioné algo angustiada

– ¡Pues es lo mínimo que debes hacer, bruja! – reclamó el mismo chico de ojos pequeños

– ¡Tampoco me hables así, idiota! – grité y le lancé una mirada asesina

– ¡Te hablo como yo quiera! – me respondió en el mismo tono

– ¡Yo no me voy a dejar! – iba directo a propinarle una golpiza pero Verónica me detuvo

– Ya cálmate, Amanda. No le hagas caso a este imbécil – dijo ella

– ¡A mí no me llamas imbécil! – se quejó

– ¡Ya basta! ¡Cállense de una buena vez! Y tu John, no les hables así que todo fue un accidente – gritó un chico de estatura baja y de ojos claros, fue gracioso la manera en la que todos le hicimos caso

– Judith te asesinará – me advirtió mi amiga

Bueno hasta aquí el segundo capítulo. Perdón por actualizar hasta ahora, pero no tiene mucho tiempo que llegué a mi casa. Nos vemos el próximo fin de semana :D