En cuanto a los Beatles… habían encontrado un lugar para
comer, se veía algo caro pero Lennon los convenció de que sería divertido.
– Buenas tardes – saludó cordialmente un señor con traje que
se encontraba a la entrada del restaurante
– Bienvenidos a Picholine –
Capítulo 18
– ¿Tardes? Pues ¿Qué hora es? – susurró McCartney en el oído
de Harrison
– Las 5:40 de la tarde – respondió el flacucho
– El tiempo pasa tan rápido – dijo dramáticamente
– ¿Hicieron reservación? – pregunto el señor mirándolos con
curiosidad, los chicos se voltearon a ver
– En realidad no pero – indagó Lennon acercándose a aquel
sujeto – Pero tal vez esto puede ayudar a encontrar una mesa ¿no lo cree? – le
ofreció un par de billetes, el señor los vio de reojo y los tomó metiéndolos en
el bolsillo de su saco
– Vengan por aquí – sonrió amablemente y caminó hacia el
interior, donde se encontraban todas las mesas
– El dinero mueve montañas mis queridos amigos – dijo John
triunfante poniendo sus manos en los bolsillos de su pantalón
Los chicos siguieron al distinguido señor hacia una mesa a
un lado de una ventana, estos agradecieron y el señor avisó que en un momento
los atendería el mesero.
– Ese tipo no me agrada – comentó Ringo mirando al señor que
se alejaba
– No creen que comer aquí será un poco excesivo – dijo Harrison
mirando el lugar y a las personas que en él se encontraban, la mayoría vestida
de etiqueta y con aspecto refinado
– Hay que aprovechar que ahora podemos hacerlo – comentó
John sonriendo
– Bien yo muero de hambre y nadie nos hace caso – dijo
McCartney mirando a todos lados – ¿Creo que nuestras caracterizaciones nos
hacen ver algo desaliñados? – dijo tocando su barba postiza
– No querido, te hace ver maduro – mencionó un coqueto
Lennon guiñándole un ojo a su amigo quien solo hizo una mueca de desagrado
– Disculpen la demora – se dispensó la mesera repartiendo
los menús a los chicos
– ¡Vaya! – exclamó Ringo al ver los precios – ¿Qué clase de
magia hacen estos platillos? ¿Se ponen solos en tu boca? – preguntaba sarcásticamente
– Si estás en el menú, te pediré sin importar el precio –
dijo coquetamente Paul a la mesera.
– Pero que atrevido eres, Paulie – interrumpió John
fingiendo una voz chillona, Paul lo miró mal
– Yo no estoy en el menú, señor – respondió seria la chica
que los atendía – ¿Qué van a ordenar? –
¿Qué acaso me tienen miedo? ¿o por qué no comentan? de verdad no muerdo XDD porque yo se que estas leyendo esto -.- hahahaha creo que si no muestran interés me desanimaré y dejaré de escribir y bajo aviso no hay engaño! hahahahaha
Nueeeeeva lectoraaa, me encanta ru novela en serio!!!
ResponderEliminarA ver si se encuentran ya!
Yo creo que Amanda y John van a terminar juntos porque los que se pelean se desean hahahaha
Pues eso, que adoro tu novela y que sigas escribiendo que como lo dejes te mato ¬¬ hahaha
hahahaha ntp no dejaré de escribir, gracias por tu comentario(:
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